Otra estrella brilla en el cielo de los perros.
De de nuevo están juntos. Nunca les convenció la idea de pasear juntos. Fue a base de esfuerzo, de paciencia y de mantener una distancia prudencial de dos metros, que se acostumbraron el uno al otro hasta llegar a tolerarse. Entendieron que a sus humanos les gustaba charlar juntos.

Ahora, después de un tiempo separados, vuelven a estar juntos y ahora pueden hacer toooooodo lo que quieran. Ya no hay un «eso no se toca» ni un «no, suéltalo»… ¡LO QUE QUERÁIS CHICOS! ¡BARRA LIBRE! Lo único que os pedimos es que nos visitéis a menudo, en sueños, en nuestros pensamientos.

Nos dejáis huérfanos, pero ha sido maravilloso poder conoceros, teneros en nuestras vidas. Ha sido un placer tenerte en mi vida, gordo. Disfrutad mucho juntos.

Un abrazo INMENSO a mis madre e hija preferidas.