D.E.P. Chiquito, ese fistro duodenal que montaba ese caballo que venía de Bonanza.
He de reconocer que nunca fuí un fan incondicional de Chiquito, de ésos que lo imitaban hasta la saciedad. Pero reconozco que creó escuela, que creó toda una lengua (o dialecto), una moda con multitud de seguidores e imitadores y que hizo feliz a muchísima gente. ¿Es o no para estar orgulloso?. Siempre pensé que si tanta gente lo imitaba era una lástima que con el tiempo no apareciese más en televisión.
El caso es que Chiquito se ha ido, pero ha dejado a un montón de gente que no puede evitar recordarle al decir «no puedorrrr» «¿cómorrll?» o al rememorar chistes que inevitablemente llevan «la voz de Chiquito».
Descanse en paz, como se suele decir. Mi pequeño y esbozado homenaje a un pequeño-gran hombre que espero siga haciendo reír ahí donde esté. Espero que Lico se divierta mucho contigo.
¡Hasta luegorr Lucarrrr!
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